"Disco-sucks"
Hubo una reacción de intolerancia machista y racista en Gran Bretaña y EEUU llamada “Disco sucks” (el disco apesta). Era una campaña en contra de la liberación gay y el orgullo negro. Los pro-hombres del rock reclamaban su blanca hegemonía, que, por primera vez, veían en peligro.
En la publicación inglesa “The Young Nationalists”, se advertía a sus lector@s de la necesidad de luchar contra este estilo de música y su “pseudo-filosofía”, a no ser que se quisiera que las calles de Gran Bretaña se llenaran de “negros y maricones”.
En 1979 (un año antes del cierre de Studio 54), se celebró en Chicago la “Disco demolition night”, en el que cientos de fans del rock quemaron vinilos al grito de “disco sucks!”.
El “primer tema disco”
“En 1974 el productor Meco Monardo contrató a la entonces desconocida Gloria Gaynor para grabar un par de temas, “Honey Bee!” y “Never can say goodbye”. Hasta aquí nada de particular: no era más que una de las muchas sesiones que se sucedieron en los Media Sound Studios de Nueva York. Pero cuando llegó el momento de hacer la mezcla, Monardo tomó una decisión revolucionaria: en lugar de dejar la sección rítmica como acompañamiento –la práctica entonces más habitual-, subió los canales del bajo y la batería y los colocó en primer plano, para así dejar atrás la orquesta y la voz de la cantante. El resultado fue sorprendente: había nacido el primer hit de la era disco.”
En la publicación inglesa “The Young Nationalists”, se advertía a sus lector@s de la necesidad de luchar contra este estilo de música y su “pseudo-filosofía”, a no ser que se quisiera que las calles de Gran Bretaña se llenaran de “negros y maricones”.
En 1979 (un año antes del cierre de Studio 54), se celebró en Chicago la “Disco demolition night”, en el que cientos de fans del rock quemaron vinilos al grito de “disco sucks!”.
El “primer tema disco”
“En 1974 el productor Meco Monardo contrató a la entonces desconocida Gloria Gaynor para grabar un par de temas, “Honey Bee!” y “Never can say goodbye”. Hasta aquí nada de particular: no era más que una de las muchas sesiones que se sucedieron en los Media Sound Studios de Nueva York. Pero cuando llegó el momento de hacer la mezcla, Monardo tomó una decisión revolucionaria: en lugar de dejar la sección rítmica como acompañamiento –la práctica entonces más habitual-, subió los canales del bajo y la batería y los colocó en primer plano, para así dejar atrás la orquesta y la voz de la cantante. El resultado fue sorprendente: había nacido el primer hit de la era disco.”
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