La gente buscaba distracciones de modo que la música cumplió efectivamente ese papel. Hubo mucho material malo, pésimo incluso ¿pero qué corriente no lo ha tenido?.
El productor más importante de la música disco para entonces era Neil Bogard, más conocido por su seudónimo, Bogart, y su firma Casablanca Records, inspirada por la célebre película del mismo nombre. Cuando Bogart salió de Buddah Records fundó su propia disquera con el grupo Kiss como sus primeros representados. El enorme éxito comercial lo hizo buscar nuevas fórmulas aunque no estuvieran relacionadas con el rock; así pues Bogart se metió a fondo como promotor disco. Ya vimos cómo Bogart reveló a Donna Summer en la cima del género pero Casablanca también contaba con Poussez, Love and Kisses, French Kiss y otros exponentes más "pesados".
Y aunque desde 1975 la música disco había abandonado el underground no fue sino hasta dos años después cuando la atención entre la gente y los empresarios hacia ésta aumentó, de modo que las inversiones discográficas crecieron y, por supuesto, la calidad de sonido mejoró.
Fiebre disco sabatina
Con frecuencia se le atribuye al periodista Nick Cohn el haber acuñado la frase de fiebre de sábado por la noche.
En realidad el definir al sábado por la noche como sinónimo de diversión fue primero asumido por The Bay City Rollers con un hit titulado así y que llegó al Top Ten en 1976. Como sea, Cohn ubicaba al hilo conductor de lo que sería una corriente musical de proporciones enormes y que luego fueron dadas a conocer al mundo mediante una película titulada así.
Los Bee Gees cumplieron su cometido: cuando sus canciones ambientaron las escenas de la película parecía que todo había sido magistralmente coordinado. Los meneos de Tony Manero por las calles de Nueva York al ritmo de "Stayin' Alive" son ya parte de la cultura pop universal
Mientras George Lucas sufría lo indecible para completar su proyecto fílmico denominado Star Wars, John Travolta era contratado para personificar a Tony Manero en una cinta que pondría a la música disco como centro de la atención. Travolta no era un improvisado: tuvo un papel muy breve en la cinta Carrie junto a Sissy Spacek, futura ganadora del Óscar, y además gozaba de gran fama gracias a la serie televisiva Welcome Back Kotter donde hacía el papel de Barbarino. Mientras la cinta comenzaba a filmarse en Manhattan el productor Robert Stigwood pedía a los Bee Gees que crearan una música "que primero preparara el ambiente... y luego enloqueciera a todos". Lo irónico del asunto fue que los hermanos Gibb tenían ideas bastante vagas de este proyecto, "sólo sabíamos que era la historia de un muchacho en Brooklyn". Pero los Bee Gees, siempre profesionales, cumplieron su cometido; cuando sus canciones ambientaron las escenas de la película parecía que todo había sido magistralmente coordinado, tanto así que los meneos de Tony Manero por las calles de Nueva York al ritmo de "Stayin' Alive" son ya parte de la cultura pop universal.Saturday Night Fever fue estrenada el otoño de 1977 dos semanas antes de Star Wars. Pocos imaginaban el impacto que ambos filmes habrían de tener. La primera de estas cintas no fue tan taquillera como la segunda pero su soundtrack rápido pasó a la leyenda (dejemos de lado la portada de ese álbum, una de las más parodiadas de la historia) pues incluía no sólo a los Bee Gees y soberbias composiciones como "Stayin' Alive", "More than a Woman" sino también a The Trammps, grupo que ya llevaba rato y cuyo hit "That's Where the Happy People Go" de 1975 había preparado el camino. Esta vez y con su "Disco Inferno" eran capaces de encender la pista con sus acordes. El soundtrack incluía también a Ivonne Eliman quien interpretó "If I Can't Have You" y al tema "Disco Duck" de Rick Dee, que invariablemente suele ser calificada como una de las peores composiciones jamás escritas
Los Bee Gees cumplieron su cometido: cuando sus canciones ambientaron las escenas de la película parecía que todo había sido magistralmente coordinado. Los meneos de Tony Manero por las calles de Nueva York al ritmo de "Stayin' Alive" son ya parte de la cultura pop universal
Mientras George Lucas sufría lo indecible para completar su proyecto fílmico denominado Star Wars, John Travolta era contratado para personificar a Tony Manero en una cinta que pondría a la música disco como centro de la atención. Travolta no era un improvisado: tuvo un papel muy breve en la cinta Carrie junto a Sissy Spacek, futura ganadora del Óscar, y además gozaba de gran fama gracias a la serie televisiva Welcome Back Kotter donde hacía el papel de Barbarino. Mientras la cinta comenzaba a filmarse en Manhattan el productor Robert Stigwood pedía a los Bee Gees que crearan una música "que primero preparara el ambiente... y luego enloqueciera a todos". Lo irónico del asunto fue que los hermanos Gibb tenían ideas bastante vagas de este proyecto, "sólo sabíamos que era la historia de un muchacho en Brooklyn". Pero los Bee Gees, siempre profesionales, cumplieron su cometido; cuando sus canciones ambientaron las escenas de la película parecía que todo había sido magistralmente coordinado, tanto así que los meneos de Tony Manero por las calles de Nueva York al ritmo de "Stayin' Alive" son ya parte de la cultura pop universal.Saturday Night Fever fue estrenada el otoño de 1977 dos semanas antes de Star Wars. Pocos imaginaban el impacto que ambos filmes habrían de tener. La primera de estas cintas no fue tan taquillera como la segunda pero su soundtrack rápido pasó a la leyenda (dejemos de lado la portada de ese álbum, una de las más parodiadas de la historia) pues incluía no sólo a los Bee Gees y soberbias composiciones como "Stayin' Alive", "More than a Woman" sino también a The Trammps, grupo que ya llevaba rato y cuyo hit "That's Where the Happy People Go" de 1975 había preparado el camino. Esta vez y con su "Disco Inferno" eran capaces de encender la pista con sus acordes. El soundtrack incluía también a Ivonne Eliman quien interpretó "If I Can't Have You" y al tema "Disco Duck" de Rick Dee, que invariablemente suele ser calificada como una de las peores composiciones jamás escritas
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