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15 de febrero de 2009

DISCO Y POLIESTER PTE.6

Parte importante de la música disco lo constituía la comunidad gay. Para 1979 la tendencia se acentúo. Estaban por ejemplo, Amanda Lear, una enigmática cantante cuyos fuertes rasgos masculinos y grave voz hacían sospechar un presunto cambio de sexo, e incluso algunos le llamaron "la doctora Richards del disco". Su hit "Honey", representante indiscutible del eurodisco y, como buena parte de esos hits, les fue imposible cimentar una carrera. Fue también el caso de Baccará, cuya interpretación de "Yes, Sir, I Can Boogie" era una copia menos que descarada del "Don't Leave Me This Way", aunque con la sensualidad afín al eurodisco. De hecho la letra parece querer establecer una relación heterosexual luego de haber probado otros campos.Pero el grupo disco con los postulados gay más abiertos fue The Village People. Sus disfraces eran una parodia de la masculinidad: el obrero, el piel roja, el agente de tránsito, el constructor y el vaquero. Uno de sus máximos hits fue "YMCA" el que luego recibió una demanda por parte de ese organismo dado que "desprestigiaba a la
organización" La parodia siguió con "Macho Man" (¡Tengo que ser un macho!", cerraba sus

estribillos), seguido de "In The Navy", frase que en lenguaje cifrado significa ser gay "de clóset", es decir, escondido ante la sociedad y "San Francisco", en referencia a la ciudad que en los setenta era considerada la capital mundial de los homosexuales. El tema "Go West" era un tándem de "San Francisco" y aunque en un principio no lo parecía, The Village People empujaron como pocos a los grupos gays hacia la música pop, sobre todo en los ochenta y noventa (la grabación del "Go West" hecha por Pet Shop Boys en 1996 es, en tal sentido, más que un homenaje).Conforme avanzaba 1979 la música disco aceleraba sus exequias: los fans del rock, repuestos de la sorpresa inicial, reaccionaron desde lo violento hasta lo chusco; en lo primero llegaron a apedrear centros de baile donde se tocaba música disco y en lo segundo, el locutor Steve Dahl, un DJ de Chicago", convocó a una "quema de acetatos disco" en el Komiskey Park, actitud que, irónicamente, era una remembranza de las piras nazis (e igualmente homofóbicas,
por cierto) aunque también era verdad que el género ya había dado más lo que podía ofrecer. Pero aún hubo cosas para mencionarse aquel año.Patrick Hernandez era un ciudadano galo de ascendencia española-australiana quien desde muy joven se dedicó a la producción. Como compositor era menos que regular y quien de no haber sido por la música disco quizá no hubiera sobrevivido. Pero lo hizo con "Born to be Alive", hit que incendió las discotheques de todo el planeta. La letra del "Born to be Alive" era, digamos, conceptista, y en un detalle que en su momento no fue importante pero que luego sería crucial era la voz que Hernandez había contratado para los coros a una bailarina y cantante oriunda de Detroit; esos "chububuruch" son de Madonna Ciccione quien, como sabemos, luego sería la diva de los años ochenta.Boney M era otro grupo eurodisco que alcanzó parte del festín disco, así fuera en su declive. Era un invento creado por Frank Farian, avecindado en Alemania, mientras que la música que manejaban, gracias al origen jamaiquino de sus coristas, era una adaptación disco del calypso, aquel género que Harry Belafonte había internacionalizado en los años cincuenta. Farian tenía un avezado olfato --algunos le llamarían "oportunista"-- y lo demostró cuando Boney M
se convirtió en fábrica de hits y donde, en algo insólito en la música disco, narraba historias presentadas en "Ma Baker" y "Rasputin", dos hits mundiales pero no tan grandes como "Rivers of Babylon".Pero el cambio de giro más significativo lo dio Donna Summer pues pese a las consejas de Giorgio Moroder para que no pusiera en riesgo su carrera decidió valerse por sí misma a lo que debemos agregar que empezaba una nueva etapa en su vida, un regreso a la religiosidad que abandonó poco antes de irse a Munich a principios de los setenta. Y no sólo eso, la Summer grabó un álbum doble, todo con tal de indicar que la música disco no era su limitante y que en realidad abarcaba otros géneros. Por ello Bad Girls no es un álbum discotheque; temas allí incluidos como "Hot Stuff", la nueva versión del "McArthur Park" de Jimmy Webb y el que da nombre a la producción llevan una deliberada inclinación hacia el rock-pop, hecho de por sí inusitado en Donna Summer.Cuando se acercaba el final de 1979 Donna Summer estaba igual de agotada que la música disco, como si la llegada de los ochenta fuera el amanecer, casi como si todos experimentaran la resaca de una fiesta que se había prolongado cerca de diez años. Todavía entonces hubo chispazos disco muy afortunados, como fue el caso de Lipps Inc. Su canción "Funky Town" emulaba a un robot en movimiento que además presagiaba la marejada de música electrónica que invadiría a la naciente década (los australianos Pseudo Echo grabaron un remake como respetuoso homenaje). Todavía en 1982 Lipps Inc. Tuvo un hit con "Designer Music", aunque ya bastante alejado de los esquemas disco, pero para entonces todos los que habían participado en la música disco sufrían el estigma. Para muchos, el epitafio del género discotheque como gran producto se cerró con otro soundtrack, no el de Stayin' Alive, una segunda parte de fiebre del sábado y también estelarizada por Travolta sino con Flashdance; y aunque la película era más bien convencional y bastante parecida a Tony Mannero (una obrera de Pittsburg que en la noche es la estrella de un club nocturno, máxime en la escena donde cae sobre ella un cubetazo de agua helada) pero cuya musicalización, de acuerdo a los estándares y exigencias de 1982, es buena, aunque llena de hits de un día como era Joe Desposito y su "Lady Lady Lady" y "Maniac" de Michael Sembello.Earth Wind and Fire, pioneros del género, también dieron el salto con "Let´s Groove" en la que sería una de las últimas participaciones de Phillip Bailey antes de lanzarse como solista mientras que Maurice White, el cerebro de EW&F le pedía pausa al grupo, más que nada por su agotamiento físico. El eurodisco se evaporaba ante los ojos de sus productores; pese a los intentos, Giorgio Moroder no pudo duplicar la fortuna que tuvo con la Summer quien, por su parte, se alejó aún más de su pasado con temas absolutamente pop como "She Works Hard for the Money" y "With a Finger on a Trigger". De ahí en adelante vendría cierto periodo de oscuridad comercial para Donna Summer, Por lo que toca a Boney M., prácticamente de salida, grabaron "Don't Kill the World" con un mensaje ecológico.Sin embargo es justo reconocer que sin la música disco y su groove , figuras como Madonna jamás habrían podido dar el salto requerido. Por ejemplo su "Everybody" tiene toda la hechura discotheque trazada en una Samantha Sang, y por supuesto, su productor Stephen Bray, arquitecto de su fama inicial. Ciertamente hacía ya rato que el traje de poliéster acumulaba polilla a mediados de los ochenta pero el legado de la música disco empieza, hasta hoy, a recibir su justa perspectiva.
FIN.

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